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El anuncio de don José María Figueres: una historia para nada nueva


El anuncio que hiciera este sábado don José María Figueres de renunciar a la Presidencia del Partido Liberación Nacional para buscar la candidatura presidencial (aunque el primer paso es convertirse en precandidato) con miras a las elecciones de febrero de 2018, no debe tomarnos por sorpresa. ¿O usted que lee estas líneas de verdad cree que la entrevista de Figueres con don Ignacio Santos en diciembre de 2011 era un puro sentimentalismo patriótico con olor a tamales? Cuatro años y casi cuatro meses duró esta historia marcada por declaraciones llenas de “no lo descarto” o “no es el momento de hablar de ello” de parte de don José María y la insistencia, llámese necedad de algunos medios, de tratar de arrancarle la exclusiva.

Esa entrevista de 2011 fue tan sólo un pequeño anticipo de Figueres Olsen que sabía que la llegada nuevamente al poder de un expresidente (Oscar Arias) 20 años después de su primer mandato, le abría una posibilidad de hacer lo mismo. Aunque para el caso del expresidente Figueres, si los vientos soplan a su favor y llega a la Presidencia de la República serían 24 años de su primer mandato. A partir de esa entrevista y de sus lágrimas añorando el terruño, empezamos a notar la presencia del expresidente en nuestro país. Dos semanas después de salir al aire esa nota, don José María regresa luego de una ausencia de siete años, y casi que de sorpresa, sin bombos ni platillos.

En julio de 2012 el expresidente movilizó a los medios por un importante anuncio que iba a dar… ¿sería que anunciaría su interés por volver a la silla presidencial?… Pero no, el importante anuncio sería el proyecto denominado “Vía Costarricense”, que al final se unió a los cientos de esfuerzos y diagnósticos que hasta esa fecha se había realizado sobre la problemática del país y cómo enfrentarla. El expresidente tuvo a partir de esa plataforma la excusa perfecta para empezar a movilizarse con reuniones con diversos sectores “sin levantar sospecha”; don José María estaba “tanteando” el terreno, necesitaba saber qué sólida se podía encontrar su imagen ante la ciudadanía, luego de un período de ausencia y los recordados cuestionamientos de su consultoría en el caso Alcatel.

Muy pronto se dio cuenta que una posible candidatura no tendría el respaldo esperado, aunque llevara el apellido Figueres; las encuestas de noviembre de ese año terminaron por desechar sus aspiraciones, según un comunicado enviado a los medios. Pero eso no detuvo al expresidente que durante el año siguiente su imagen y sus posibles aspiraciones se hacían más evidentes apoyando al PLN en la campaña 2014 (que no quiere decir que apoyó al candidato) con reuniones y con apariciones en los medios.

El fiasco histórico sufrido por el Partido en esas elecciones (con la derrota en primera vuelta y renuncia de su candidato) y el aparente desgaste del expresidente Arias por un segundo mandato y cuestionamientos derivados de esa gestión parecía que le abriría una opción a Figueres Olsen que prácticamente recibe un contundente apoyo en febrero de 2015 para llegar a la presidencia del PLN; con ello algunos esperaban que cimentara un impulso a sus aspiraciones presidenciales.

Así que, el anuncio de este 02 de abril del expresidente no debe tomar por sorpresa ni al más incauto observador de los acontecimientos políticos en nuestro país. ¿Son válidas las aspiraciones presidenciales del expresidente? Sí. ¿Es cuestionable? Pues ese veredicto ya lo dieron miles de ciudadanos (con color o sin color político) que no olvidan la consultoría a Alcatel, el banco Anglo, el tren, entre otros eventos que han marcado la historia política de Figueres Olsen y a los cuales tendrá que enfrentarse por enésima vez, primeramente ante su Partido para llegar a ser candidato presidencial y luego, si lo logra, ante el electorado. La decisión ya la tomó, y sabe el desgaste ante el cual se va a enfrentar.

Pero quizás esta vez haya una cierta carta que le puede beneficiar y que tiene similitud con la que jugó el expresidente Óscar Arias para llegar a su segundo mandato en 2006. A Arias le favoreció el clima político cargado de cierto sinsabor derivado de una administración con don Abel Pacheco a quien, si bien había poco que recriminarle, también había poco que reconocerle. Con poco manejo en áreas claves como el sector productivo y poco respaldo de su partido, el escaso liderazgo de Pacheco de la Espriella y cierta incertidumbre de confiar el poder presidencial en una opción sin experiencia (PAC) le abría la puerta a quien sí reunía la experiencia y el respaldo político, y ese fue el Premio Nobel.

Hoy, pareciera que la coyuntura no dista de hace 10 años; con otro “outsider” en el poder (a pesar de cierta experiencia de don Luis Guillermo Solís), pero éste, a diferencia de Pacheco de la Espriella, ha generado un ambiente de frustración, decepción y casi que cerrando la puerta a una opción emergente en el futuro cercano (aunque no tengo bola de cristal para asegurarlo); pareciera que muchos están en cuenta regresiva deseando que este Gobierno termine, y quien sea llegue a partir de 2018. Sin olvidar la situación de otros partidos: el FA con división ideológica interna y cuestionamientos por el manejo de ciertos temas (caso de supuesto acoso sexual del ahora exdiputado Ronal Vargas y el arresto del actual diputado Carlos Hernández); el Libertario enfrenta en estos momentos un profundo desgaste de su líder Otto Guevara que anunció que su ciclo terminó, y escándalos de manejos de dineros que terminaron en estrados judiciales; el PUSC tendrá que ver si realmente es un partido de centro pero con un posible candidato en Piza Rocafort identificado por otros sectores con un corte más de derecha, lo que podría traer confusión en vez de claridad, y quien sabe si podría esto llevar adeptos al Republicano Socialcristiano urgido de músculo político; y el PAC, bueno… mejor dejémoslo ahí…

Ante esta coyuntura, ¿estaría el electorado dispuesto a darle otra oportunidad al PLN? Eso sólo el electorado lo sabrá.

Por otra parte, el expresidente Figueres podría haber caído en un espejismo político al creer a partir del resultado de las elecciones municipales de febrero anterior que la llegada a la mayoría de las alcaldías sea producto de su intervención política o fortaleza política. Craso error; el PLN siempre está “en modo electoral” con un trabajo de base con dirigentes fieles a la bandera verdiblanca; esto a pesar de que los números indican que el Partido ha perdido respaldo; y negar esa realidad podría volverse en una venda que eventualmente enterraría a este Partido en vez de levantarlo.

Como mencionamos, la decisión ya la tomó el expresidente, dar marcha atrás sería otro ridículo en dos años que el PLN no aceptaría, y no olvidaría… señor juez…

Este artículo fue publicado por el medio digital elmundo.cr el 03 de abril de 2016

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